Mi Realidad Mi Objetividad

Imagen tomada de http://laetus.blogia.com/2008/032801-el-principe-feliz-124-oscar-wilde-124-.php   Erase una vez un príncipe melancólico, que vivía en el palacio imaginario. Día a día el príncipe se quejaba del presente, y añoraba con gran melancolía los tiempos pasados, los cuales lloraba por no haber sabido apreciarlos. Todos los días debía aprender y refinarse con instructores, compañeros y otros menesteres, para los deberes que tendría. Y mientras tomaba las lecciones para cuando llegara a ser Rey, en su mente solo cabía la melancolía. Su madre insistía en que su luz se apagaba, la cual en la infancia lo hizo brillar. Pero el príncipe se estaba opacando por su insistente melancolía. Se culpaba a si mismo, y también a sus padres. Sus quejas melancólicas iban y venían, eran acerca de todo. El castillo imaginario, que era digno para cualquier familia real, para él era asfixiante, después de todo sus padres tenían la culpa de eso por nunca procurar cuidarlo y ordenarlo para

No, el titulo no tiene nada que ver con lo que estoy escribiendo, bueno en realidad sí, pero en mi cabeza. Bonita forma de apresurarse para escribir algo; se me ocurrió que como no había escrito en bastante tiempo, tenía que elegir un tema al azar, y voy y le pregunto alguien que no este poniendo atención, algún tema interesante, respuesta: OVNIS A pesar de todo, la respuesta que me fue dada mientras se veía la tele -no se si la programación- me resulto muy explotable y hasta con libertad creativa, superando el previo bloqueo sobre que hacer. La gran y enigmática pregunta es ¿Estamos solos?, como soy un tanto inconciso, decidí no contestar la pregunta -más bien por que no puedo contestarla- y centrarme en el ser humano con su relación a esta pregunta. Y bueno, hay unas cuantas posturas predefinidas. Desde lo religioso me surgen muchisimas más preguntas, por ejemplo ¿Si somos a imagen y semejanza, los extraTerrestres a como son?¿También Dios los creo?¿Si alguna religión humana que

Sorprendentemente, un texto más sobre posturas políticas, lo que nos hacía falta. Sí, lo dije(tecleé sería mejor) con todo el tono de ironía posible, pero de todos modos, escribiré. Ni liberal, ni conservador, me gusta considerarme más bien un fantástico miembro del bando inexistente de la neutralidad. Porque sin lugar a dudas el ponerte de un lado te lleva a oponerte al otro, y al final de cuentas sales perdiendo. Y lo que son las cosas, normalmente los bandos que se enfrentan, terminan demostrando que son completamente idénticos, vaya caso, precisamente por las irreconciliables diferencias, que hasta harían falta descifrar si es que son gemelos (o trillisos o hasta quintillizos). Parecería una simple apreciación de uno más, pero, creo apreciar lo que no se puede esconder. Y es que históricamente, particularmente en México, se sustenta todo ésto. Los conservadores son añejos perpetuados en el poder, las riquezas y los beneficios, y obviamente su ideología política se fundamenta en