La prolífica carrera de un artista.
Ahora mismo, mientras recordaba el por qué me gusta dibujar, vino a mi mente el inicio de uno de los libros más maravillosos que he leído, El principito . El Principito A diferencia del buen de Saint-Exupéry, que se vio obligado a estudiar Geografía y demás ciencias aburridas, aunque muy importantes, de los adultos, dejando de lado una prolífica carrera como dibujante; yo tuve la suerte de ser animado por los adultos de mi rededor a seguir dibujando. Y tenían razón mis adultos, animándome a base del talento nato demostrado en rotundas piezas de arte, como lo fueron hombres abstractos, representados en lineas y circunferencias (vulgarmente conocido como palitos y bolitas) de tal calidad surrealista y emblemática que se escapaba al alcance de maestros del expresionismo. Así, poco a poco, motivado por el talento innato de quien puede abstraer la belleza del mundo en unas cuantas líneas, me fui volviendo el gran artista dibujante, y filosofo, en el ...