Notas sueltas 31/07/21

PUNTOS CLAVES DE LO QUE BUSCO DECIR AL HABLAR DE ARTE 

Xocoyotzin Vázquez, 2021

Llevo mese, quizá años, tratando de verbalizar algo que debería ser muy claro:

Lo artístico, como fenómeno de creación y experiencia, parece ser indisociable de lo humano. Y los rasgos esenciales que hallo son los de una búsqueda-proceso-experiencia en la creación y comunicación del mismo.

Una búsqueda inicial de evasión, tregua, puente o resistencia con la realidad que se habita. Un proceso de actos, de experiencias que construyen y modifican en todo su acontecer, de la creación a la comunicación. Siendo esto en sí mismo una experiencia  tanto estética como epistémica, para creador y expectador, de mayor o menor magnitud en las subjetividades de cada cual.

Pretendiendo conceptualizar esto a cierta forma de simplificación, podríamos tener que los impulsos que llevan al fenómeno artístico pasan por esa búsqueda inherente de:

1. Evasión: de esa realidad habitada, que por una u otra razón no satisface del todo. El querer evadirse del acontecer inmediato del yo.
2. Tregua: encontrar algo que reconforte sin totalmente evadir esa realidad habitada. Alcanzar algún modo de paz o entendido con ella.
3. Puente: acercarse a cierta porción o esencia de la realidad que se habita. Pretender escudriñar algún ángulo de esta aunque esto pueda significar caos u orden al interior del individuo.
4. Resistencia: oponerse a ciertos componentes de la realidad habitada. Desde el proceso y la experiencia, en la creación o la expectación, hacer frente a ello no sólo como denuncia sino con la total pretensión de contribuir a su modificación.

[La cual no se limita a un solo objetivo y que las más de las veces acontecen a la par]

En cuanto lo que conlleva ser proceso, pareciera ser mas evidente. Para crear o para inmiscuirse en los fenómenos de lo artístico resulta inevitable la sucesión de eventos y acciones, no solo la pasividad. Acontece y deviene existencia, se vuelve una constante sucesión de operaciones fenoménicas complejas.

Todo esto conlleva inevitablemente experiencias, y en sí una experiencia compleja para el individuo y sus construcciones internas. Se convierte en sensaciones, percepción y pensamiento en el fenómeno de su realidad. Es estético-epistémica toda vez que apela a lo sensible-emocional e, inevitablemente en la complejidad ineludible, al pensamiento aún cuando no pretendido.

Es potencialmente información y percepción que construye entendimiento, o por lo menos información en los símbolos comunes. Más allá de la postura esencial de lo estético como parte indisociable de lo epistémico, se resalta la relación de estos conceptos en ese acontecer  –en lo artístico– de experiencia en principio no verbalizada, que se revela en la comunicación y el proceso mismo.